Crónica de Benasque 2016

Cigarro en mano, con aspecto desenfadado, aire insigne y una garrafa de Aceite Moraga bajo el brazo, se presentó el Comandante Carrasco a las 09:30 hora Zulú en la zona cero, este año ligeramente desplazada hacia el noroeste de la capital, debido al cambio de estado civil de su copiloto.

En contrapartida, un bollo de chocolate del día anterior y un cd musical, éste último con objeto de paliar los posibles daños irreversibles sobre los delicados tímpanos de los ocupantes del vehículo.

Tras las dos o tres vueltas de rigor a la misma rotonda, combinando la ruta óptima del navegador con las opiniones de los restantes miembros del vehículo, pusimos rumbo a nuestro primer destino en el Valle de Ordesa, la apacible localidad de Torla.

Parada técnica en Zárágózá, para tomar un refrigerio y recuperar energías, con visita obligada a la Basílica del Pilar.

Pero el semblante de nuestro Comandante cambió drásticamente tras constatar la ausencia de luciérnagas y mariposas pululando entre los decibelios del coche. Como oportuna reprimenda, la última media hora hasta llegar a destino tuvimos que escuchar el mejor disco de la historia del pop: “ok computer”, en el cual espeluznantes graznidos se entremezclaban con una base rítmica sicodélica.

Llegada al hotel, registro en las habitaciones y traslado de maletas, a paso ligero, bajo una incipiente lluvia.

Los tres días siguientes transcurrieron entre largas jornadas de reflexión, senderismo y natación, con avistamiento de mariposas asesinas, dípteros nematóceros y Manoli la babosa, que nos recordó tiempos mejores cuando Tomasito yacía en su bañera 5 estrellas entre un manto de lechugas.

Hecho notable de aquellos primeros días fue la constatación del evidente contraste entre el pensamiento masculino y el femenino, o mejor dicho, entre el pensamiento de nuestro Comandante y el de cualquier otro individuo del género Homo. Situación: salida del hotel con el objeto de dar un paseo por el pueblo localizado a un kilómetro de nuestro alojamiento. La pasajera 1 pasa de largo por el aparcamiento, dando por hecho una apacible caminata hasta el pueblo. El Comandante se dirige, indefectiblemente, a la puerta del conductor de su vehículo. El pasajero 2 se queda estupefacto contemplando la escena, conocida ya como “la expedición más breve de la historia”.

Y llegamos a Benasque. El pasajero 2 parece fibrilar, absorto ante tanta belleza. Los días transcurren lentamente durante esa primera semana entre paseos matinales, alguna excursión esporádica (todo hacia abajo), cañas y tapas varias, y un menú de hotel salpimentado de altibajos.

Pero el mundo se nos vino encima, y hubimos de contener la respiración unos segundos, al enterarnos por la prensa del “Edicto Carmena”. La alcaldesa de la capital del reino, en un alarde de imaginario sobre cuáles deben ser las bases sobre las que se asiente la nueva forma de hacer política, pretendía impulsar el “día sin bañador” en las piscinas municipales. Dicho de otra forma, el “todos en bolingas”. Eso es transparencia, ¡y no el portal web del Gobierno de España!

En el plano deportivo, el Comandante tuvo un torneo irregular, entre pollos y buitres, mientras que el pasajero 2 sufrió tras la ronda 8 un esguince cervical (conocido por los marisabidillos como mera “tortícolis”), presumiblemente achacado a una sobrecarga de la articulación facetaria de la columna cervical en la fase de extensión, motivado a su vez por las largas sesiones de trebejos en sus versiones de doble planilla combinados con alguna que otra carrerita a paso liviano bajo un día ventoso.

Destacaremos, como anécdota, la primera ronda del pasajero 2, en la que se vio obligado a jugar en las mesas finales habilitadas para invidentes, toda vez que su rival, a pesar de no ser ciego, portaba como animal de compañía un futuro perro guía, cuyos lametones a su avituallamiento acuoso retronaban en el ambiente.

Un año más, contamos con la presencia de De Vega en las cenas nocturnas, mientas que Jesús se decidió a acudir este año como mero espectador, dedicado a la vida contemplativa mientras su padre subía a la cima del Aneto en cómodos paseos de 6 horas. Cerramos el círculo con una nueva adquisición albaceteña procedente de los amplios círculos de amistades de nuestro Comandante.

A modo de relax, el tradicional spa nos deparó este año nuevas sorpresas. A la ducha de agua nebulizada, sólo soportada por la pasajera 1, siguió una teórica ducha bitérmica, que acabó por resultar monotérmica, en diferentes grados de frío.

Este año, debido a la presencia del Huesca entrenando en el campo aledaño al Polideportivo, y donde incomprensiblemente acudían las cámaras de televisión a grabar los entrenamientos en vez de retransmitir el torneo de ajedrez en directo, hubo que cambiar el tradicional torneo de fútbol 11 sobre pistas de fútbol sala. Por descontado, ningún miembro de la misión participó de tal locura.

Por su parte, dentro de las ya tradicionales actividades paralelas, cabe destacar el torneo de rápidas, en el que el ínclito Karen consiguió una meritoria segunda posición, sustentada en sus recios baños de media mañana en el río, mientras que el torneo de mus fue ganado por De Vega & Company, al parecer con un juego memorable, complementando sus polifacéticas tardes con partidos de tenis a lo Granda.

Cena final para despedir el torneo en el Vegetariano del pueblo, donde acudimos a zampar una memorable hamburguesa mientras, desde la Pampa, Andrés, nuestra amistad argentina del año anterior, nos mandaba calurosos recuerdos.  

Vuelta al hogar, no sin antes avituallarnos de las clásicas trenzas

Bofetada de calor a nuestro paso por el valle del Ebro, donde hicimos varias paradas técnicas, cuidadosamente escogidas por nuestro Comandante en zonas de bajo tránsito y con escasas probabilidades de tener la cafetera encendida. 

Llegada a Madrid a media tarde, miradas de tristeza contenida y puesta en marcha del contador para el próximo año. Faltan 355 días…

 

 

ATRAS